por Marcello Dantas
Morpho didius es una especie de mariposa neotropical, grande, con alas de color azul fuerte por el lado superior y ocelos marcados en el lado inferior. Estas mariposas tienen un código genético muy específico que dibuja su identidad. Sus genes también les indican cómo y a dónde migrar, así definiendo su territorio. Cada mariposa es portadora de una sabiduría tropical, y cada individuo transmite un mensaje a la siguiente generación.
Siempre me ha fascinado la manera en que el proceso de un artista puede develar cosas de las que el artista mismo no se daba cuenta de antemano. Gabriel de la Mora desarrolla sus obras mediante el ensamblaje de pequeños fragmentos de materiales, desde cáscaras de huevos hasta alas de mariposa. Su práctica obsesiva produce superficies novedosas y extraordinarias. Desde un punto de vista remoto, parecería que el acto original se tratara de una mente esquemática que recolecta semejanzas para convertirlas en diferencia. Sin embargo, si vamos más allá de la superficie, dos conceptos se presentan muy claramente. En primer lugar, el acto original se trata de hecho de la fractura que se impone al objeto; por ejemplo, al romper un huevo o un espejo, o al diseccionar una mariposa. La fractura produce el dibujo potencial que el artista buscará por vía de la repetición obsesiva de pretender encontrar la esencia original en el fragmento. Es esta búsqueda de un nuevo todo dentro del fragmento roto y traumatizado lo que hace que su proceso artístico sea tan especial. Los espacios entre las cosas generan la oportunidad de novedad.
Gran parte de los materiales manejados contiene un código genético, como por ejemplo el que hace que muchos géneros de mariposa produzcan ocelos en las superficies de sus alas. Todos los huevos son similares, pero no son idénticos. Sin duda, entonces, un misterio ya es codificado en el material. Inclusive se puede encontrar este aspecto en los minerales, como por ejemplo cuando De la Mora se acerca a la obsidiana, un cristal volcánico que tiene dos aspectos: una de sus superficies negras es mate, la otra es reflejante. Todos estos materiales fueron usados en las culturas ancestrales mesoamericanas, pero invitan una lectura contemporánea que es completamente novedosa. La duda sirve como materia prima al momento de no reconocer los elementos de una obra.
La primera pieza que conocí de Gabriel de la Mora fue un dibujo que había hecho con mechones finos de cabello humano. El cabello evidencia la identidad de una manera excepcional: cifra tanto el ADN de una persona como su estado nutritivo. Sin embargo, aprovecharlo para dibujar me parecía una tarea imposible, algo que sólo una persona con una mente obsesiva podría realizar. Pero De la Mora es más que obsesivo: también es disléxico, capaz de escribir al revés y así producir una imagen en espejo perfecta. En cada repetición, incluso de un acto intencional, sucede algo diferente.
Tengo la costumbre de proponer un desafío a los artistas, a decir que creen una obra que sería relevante a especies no-humanas. Cuando De la Mora nos presenta un campo de ojos, nadie se da cuenta al principio de dónde vienen. La repetición, la diferencia, y los patrones asemejan a la producción de un lenguaje. Si estas obras se volvieran la única evidencia de la existencia humana para un ser extraterrestre, formularían una pregunta: ¿cuál es el código que las informa? ¿Se buscaría una piedra de Rosetta para poder descifrar algún mensaje de su regularidad? Yo me imagino que sí, y que los extraterrestres sí encontrarían algo. Así como un viaje de ácido produce efectos parecidos en las mentes de distintas personas, o el latido rítmico de la música electrónica produce ciertas reacciones hormonales en nuestros cuerpos, los patrones repetidos en la obra de Gabriel de la Mora son capaces de producir cierto tipo de experiencia psicodélica.
Un encuentro puede suceder entre su práctica obsesiva y la coherencia de ser una mariposa, y ahí se ubica el lugar del arte: revelar algo que no se puede abordar de otra manera. Un lenguaje psicotrópico emerge entre el vuelo de una mariposa y la luz de un artista. Sólo hay que aceptar nuestra ignorancia humilde frente a la tarea de descifrarlo, al igual que, cuando escuchamos un idioma desconocido, sin reconocer las palabras, aún podemos entender algo a partir del ritmo, tono, y volumen, y así captamos la esencia subliminal del mensaje. Si aceptamos la experiencia psicotrópica de estas piezas, tal vez no nos haría falta una piedra de Rosetta para comprenderlas.
by Marcello Dantas
Morpho didius is a species of neotropical butterfly. It is large, with wings that are a rich blue on top and have distinct eyespots underneath. These butterflies have a very specific genetic code that draws their identity. Their genes also provide instructions on how and where to migrate, thereby defining their territory. There is a tropical wisdom in every butterfly and each one conveys a message to the next generation.
I have always been fascinated by the way artists’ processes can reveal things they themselves were not aware of before. Gabriel de la Mora develops his work by piecing together small fragments of materials ranging from eggshells to butterfly wings. His obsessive practice produces new, extraordinary surfaces. From a distant point of view, it may seem that the original act is the schematic mind that formats resemblances into difference. If we go beyond the surface, however, two concepts emerge very clearly. First, the original act is in fact the fracture imposed on an object, like breaking an egg, cracking a mirror, or dissecting a butterfly. The fracture produces the potential drawing that the artist will then seek out with his obsessive repetition of trying to find the original essence in its fragment. It is this search for a new whole within the torn, traumatized fragment that makes his artistic process so special. Spaces between things create the opportunity for newness.
Most of the materials he uses carry a genetic code, for example, the one that causes many kinds of butterflies to produce eye spots on the surfaces of their wings. All eggs are similar, but no two are identical. So, to be sure there is a mystery already encoded in the material. One can even find this aspect in minerals, as when De la Mora approaches obsidian, a volcanic glass that has two aspects: a solid matte surface and a black mirrored surface. These materials all have ancestral uses in Mesoamerican cultures, yet they allow for a completely new contemporary reading. Doubt serves as the raw material when we don’t recognize the elements of an artwork.
The first piece I ever encountered by Gabriel de La Mora was a drawing he had made using thin strands of human hair. Human hair is fantastic evidence of identity, revealing everything from a person’s DNA to their nutrition. At the same time, using it to draw seemed like an impossible task, one that could only be done by someone with an obsessive mind. But De la Mora is not only obsessive; he is also dyslexic, capable of writing perfectly backwards as only a mirrored image could do. In every repetition, even of an intentional act, something different occurs.
I have a habit of challenging artists to create a work that would be relevant to species other than humans. When De la Mora presents us with a field of eyes, no one immediately recognizes where they come from. Repetition, difference, and patterns resemble the production of a language. If these works were to become the only evidence of human existence for an extraterrestrial, they would pose a question: what is the code that informs them? Would they look for a Rosetta Stone to interpret that pattern into some sort of message? My guess is that they would, and that they would find something. Just as an acid trip produces similar effects on people’s minds, or the rhythmic beat of electronic music triggers certain hormonal responses in us, the repeating patterns in Gabriel de la Mora’s work may produce a certain type of psychedelic experience.
Between his obsessive practice and the coherence of being a butterfly an encounter may occur and that is the place of art: to reveal something we cannot address in any other way. A psychotropical language emerges between the flight of a butterfly and the light of an artist. We just have to accept our humble ignorance when it comes to knowing how to decode it, just as when we hear a foreign language without knowing any of the words, we can still pick up on rhythm, pitch, and volume, and grasp the subliminal essence of the message. If we accept the psychotropic experience in these works, we may not need a Rosetta Stone to understand them.
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore magna aliqua. Ut enim ad minim veniam, quis nostrud exercitation ullamco laboris nisi ut aliquip ex ea commodo consequat. Duis aute irure dolor in reprehenderit in voluptate velit esse cillum dolore eu fugiat nulla pariatur.
Block quote
Ordered list
Unordered list
Bold text
Emphasis
Superscript
Subscript
por Marcello Dantas
Morpho didius es una especie de mariposa neotropical, grande, con alas de color azul fuerte por el lado superior y ocelos marcados en el lado inferior. Estas mariposas tienen un código genético muy específico que dibuja su identidad. Sus genes también les indican cómo y a dónde migrar, así definiendo su territorio. Cada mariposa es portadora de una sabiduría tropical, y cada individuo transmite un mensaje a la siguiente generación.
Siempre me ha fascinado la manera en que el proceso de un artista puede develar cosas de las que el artista mismo no se daba cuenta de antemano. Gabriel de la Mora desarrolla sus obras mediante el ensamblaje de pequeños fragmentos de materiales, desde cáscaras de huevos hasta alas de mariposa. Su práctica obsesiva produce superficies novedosas y extraordinarias. Desde un punto de vista remoto, parecería que el acto original se tratara de una mente esquemática que recolecta semejanzas para convertirlas en diferencia. Sin embargo, si vamos más allá de la superficie, dos conceptos se presentan muy claramente. En primer lugar, el acto original se trata de hecho de la fractura que se impone al objeto; por ejemplo, al romper un huevo o un espejo, o al diseccionar una mariposa. La fractura produce el dibujo potencial que el artista buscará por vía de la repetición obsesiva de pretender encontrar la esencia original en el fragmento. Es esta búsqueda de un nuevo todo dentro del fragmento roto y traumatizado lo que hace que su proceso artístico sea tan especial. Los espacios entre las cosas generan la oportunidad de novedad.
Gran parte de los materiales manejados contiene un código genético, como por ejemplo el que hace que muchos géneros de mariposa produzcan ocelos en las superficies de sus alas. Todos los huevos son similares, pero no son idénticos. Sin duda, entonces, un misterio ya es codificado en el material. Inclusive se puede encontrar este aspecto en los minerales, como por ejemplo cuando De la Mora se acerca a la obsidiana, un cristal volcánico que tiene dos aspectos: una de sus superficies negras es mate, la otra es reflejante. Todos estos materiales fueron usados en las culturas ancestrales mesoamericanas, pero invitan una lectura contemporánea que es completamente novedosa. La duda sirve como materia prima al momento de no reconocer los elementos de una obra.
La primera pieza que conocí de Gabriel de la Mora fue un dibujo que había hecho con mechones finos de cabello humano. El cabello evidencia la identidad de una manera excepcional: cifra tanto el ADN de una persona como su estado nutritivo. Sin embargo, aprovecharlo para dibujar me parecía una tarea imposible, algo que sólo una persona con una mente obsesiva podría realizar. Pero De la Mora es más que obsesivo: también es disléxico, capaz de escribir al revés y así producir una imagen en espejo perfecta. En cada repetición, incluso de un acto intencional, sucede algo diferente.
Tengo la costumbre de proponer un desafío a los artistas, a decir que creen una obra que sería relevante a especies no-humanas. Cuando De la Mora nos presenta un campo de ojos, nadie se da cuenta al principio de dónde vienen. La repetición, la diferencia, y los patrones asemejan a la producción de un lenguaje. Si estas obras se volvieran la única evidencia de la existencia humana para un ser extraterrestre, formularían una pregunta: ¿cuál es el código que las informa? ¿Se buscaría una piedra de Rosetta para poder descifrar algún mensaje de su regularidad? Yo me imagino que sí, y que los extraterrestres sí encontrarían algo. Así como un viaje de ácido produce efectos parecidos en las mentes de distintas personas, o el latido rítmico de la música electrónica produce ciertas reacciones hormonales en nuestros cuerpos, los patrones repetidos en la obra de Gabriel de la Mora son capaces de producir cierto tipo de experiencia psicodélica.
Un encuentro puede suceder entre su práctica obsesiva y la coherencia de ser una mariposa, y ahí se ubica el lugar del arte: revelar algo que no se puede abordar de otra manera. Un lenguaje psicotrópico emerge entre el vuelo de una mariposa y la luz de un artista. Sólo hay que aceptar nuestra ignorancia humilde frente a la tarea de descifrarlo, al igual que, cuando escuchamos un idioma desconocido, sin reconocer las palabras, aún podemos entender algo a partir del ritmo, tono, y volumen, y así captamos la esencia subliminal del mensaje. Si aceptamos la experiencia psicotrópica de estas piezas, tal vez no nos haría falta una piedra de Rosetta para comprenderlas.
Lepidóptera
Papilio gambrisius butterfly wings mosaic on museum cardboard
25.59 x 25.59 x 2.36 in
Mosaico de alas de mariposa Papilio gambrisius sobre cartulina de museo
65 x 65 x 6 cm
Lepidóptera
Morpho didius butterfly wings mosaic on museum cardboard
13.78 x 13.78 x 2.36 in
Mosaico de alas de mariposa Morpho didius sobre cartulina de museo
35 x 35 x 6 cm
Lepidóptera
Urania ripheus butterfly wings mosaic on museum cardboard
13.78 x 13.78 x 2.36 in
Mosaico de alas de mariposa Urania ripheus sobre cartulina de museo
35 x 35 x 6 cm
Lepidóptera
Morpho didius butterfly wings mosaic on museum cardboard
13.78 x 13.78 x 2.36 in
Mosaico de alas de mariposa Morpho didius sobre cartulina de museo
35 x 35 x 6 cm
Lepidóptera
Urania ripheus butterfly wings mosaic on museum cardboard
13.78 x 13.78 x 2.36 in
Mosaico de alas de mariposa Urania ripheus sobre cartón de museo
35 x 35 x 6 cm
Lepidóptera
Phoebis philea butterfly wings mosaic on museum cardboard
13.78 x 13.78 x 2.36 in
Mosaico de alas de mariposa Phoebis philea sobre cartón de museo
35 x 35 x 6 cm
Lepidóptera
Papilio paris butterfly wings mosaic on museum cardboard
13.78 x 13.78 x 2.36 in
Mosaico de alas de mariposa Papilio Paris sobre cartón de museo
35 x 35 x 6 cm
Lepidóptera
Hypolimnas pandarus butterfly wings mosaic on museum cardboard
13.78 x 13.78 x 2.36 in
Mosaico de alas de mariposa Hypolimnas pandarus sobre cartulina de museo
35 x 35 x 6 cm
Lepidóptera
Urania leilus butterfly wings mosaic on museum cardboard
13.78 x 13.78 x 2.36 in
Urania leilus alas de mariposa mosaico sobre cartulina de museo
35 x 35 x 6 cm
Lepidóptera
Papilio gigon butterfly wings mosaic on museum cardboard
13.78 x 13.78 x 2.36 in
Mosaico de alas de mariposa Papilio gigon sobre cartulina de museo
35 x 35 x 6 cm
Lepidóptera
Morpho didius butterfly wings mosaic on museum cardboard
25.59 x 25.59 x 2.36 in
Mosaico de alas de mariposa Morpho didius sobre cartulina de museo
65 x 65 x 6 cm
Lepidóptera
Morpho didius butterfly wings mosaic on museum cardboard
13.78 x 13.78 x 2.36 in
Mosaico de alas de mariposa Morpho didius sobre cartón de museo
35 x 35 x 6 cm
Lepidóptera
Idea blanchardii butterfly wings mosaic on museum cardboard
13.78 x 13.78 x 2.36 in
Mosaico de alas de mariposa Idea blanchardii sobre cartulina de museo
35 x 35 x 6 cm
Lepidóptera
Diptych of Morpho didius butterfly wings mosaic on museum cardboard
25.59 x 55.12 x 2.36 in
Díptico de mosaico de alas de mariposa Morpho didius sobre cartulina de museo
65 x 140 x 6 cm
Mosaic of 4,337 obsidian fragments and 5,064 andesite fragments on wood
24.09 x 24.09 x 1.77 in
Mosaico de 4.337 fragmentos de obsidiana y 5.064 fragmentos de andesita sobre madera
61.2 x 61.2 x 4.5 cm
Ígnea
Mosaic of 1,262 obsidian fragments and 1,313 andesite fragments on wood
12.6 x 12.6 x 1.77 in
Mosaico de 1.262 fragmentos de obsidiana y 1.313 fragmentos de andesita sobre madera
32 x 32 x 4.5 cm
Hand carved obsidian
6.3 x 161 x 6 cm
Obsidiana tallada a mano
16 x 16 x 6 cm
Ígnea
Polyptych of nine andesite and obsidian mosaics on wood
6.3 x 72.44 x 1.77 in
Políptico de nueve mosaicos de andesita y obsidiana sobre madera
16 x 184 x 4.5 cm
The rich text element allows you to create and format headings, paragraphs, blockquotes, images, and video all in one place instead of having to add and format them individually. Just double-click and easily create content.
A rich text element can be used with static or dynamic content. For static content, just drop it into any page and begin editing. For dynamic content, add a rich text field to any collection and then connect a rich text element to that field in the settings panel. Voila!
Headings, paragraphs, blockquotes, figures, images, and figure captions can all be styled after a class is added to the rich text element using the "When inside of" nested selector system.