París, 20 octubre, 1978
Querido y admirado Abel:
Al abrir las maletas descubrí que un swéter que Bertha puso como mío, fue el que me prestaste en Cuernavaca para que me protegiera del frío que inopinadamente empezó a hacer por la noche. Te ruego me perdones por este hurto involuntario y me permitas usar la prenda durante el invierno que ya se aproxima y amenaza ser intenso, en este París de mis amores… Pero el objeto de esta carta es darte la bienvenida al mundo luminoso de los pintores. Créeme: los cuadros que con sumo cuidado vi en tu estudio de Cuernavaca me parecen espléndidos. Te repito lo que te dije: debes de ir pensando en exponerlos. Ya has reunido material suficiente (y de primer orden) como para pensar en eso.
Desde hace años somos amigos y tú sabes cómo te admiro como dibujante. En alguna ocasión, viajando a Colima en un avión destartalado, te comentaba que siendo yo niño seguía con sumo cuidado tu historieta “Máximo Tops” e incluso hacía copias de tus dibujos. Ya siendo adolescente pensé dedicarme a la caricatura y mis influencias más visibles fueron Orozco, Cabral y tú. Quiero dejar constancia de esto para que lo anoten los historiadores del arte… Pero volviendo a tus pinturas debo agregar que cuando te decidas a exponerlas te situarás (por golpe y porrazo) en un primerísimo plano del arte mexicano. Tu obra me ha recordado ciertos momentos de la pintura norteamericana, anteriores al expresionismo abstracto. Pienso en este momento en Ben Shahn e incluso en George Bellows a quien tanto le interesaban los encuentros boxísticos del gran Jack Dempsey. Alguien dijo que tu pintura es primitiva (naïve). No estoy de acuerdo con este juicio, pues tu obra está llena de noticias y sabiduría plástica como para encasillarla en esa tendencia.
Te escribo esta carta bajo el efecto de la fiebre. Estoy agripado y mi cuarto está algo frío. Mientras te escribía hice una pausa para abrigarme con tu swéter, que por cierto me queda bastante holgado. Te envío grandes abrazos fraternales:
José Luis Cuevas
Paris, 20 October, 1978.
Dearest and admirable Abel,
Upon opening my suitcase I discovered that a sweater that Bertha confused as mine was one that you lent me in Cuernavaca so that I may protect myself against the cold that unexpectedly came down upon us that night. I beg you to forgive me for this involuntary theft and to allow me to wear this garment throughout the winter that is already approaching and threatens to be intense, in the Paris of my heart… But the object of this letter is to welcome you to the luminous world of painters. Believe me: the paintings that I carefully viewed in your studio in Cuernavaca I find splendid. I repeat what I told you: you should think about exhibiting them. You have already gathered sufficient material (and of the first caliber) to consider this.
We have been friends for years and you know how I admire you as a cartoonist. In some occasion, travelling to Colima in a broken-down airplane I mentioned that as a child I followed your cartoon ‘Máximo Tops’ and even made copies of your drawings. As an adolescent I considered dedicating myself to caricature and my most visible influences were Orozco, Cabral and you. I want to leave record of this so that art historians take note of it…But returning to your paintings I should add that when you decide to exhibit them you will situate yourself (in no time) in the foreground of Mexican art. Your work has at times reminded me of North American painting, prior to abstract expressionism. I think of Ben Shahn and even George Bellows, who was so interested in the boxing matches of the great Jack Dempsey. Someone said that your painting is primitive (naïve). I do not agree with this judgment, as your work is full of nuances and artistic wisdom to pigeonhole it in that category.
I am writing you this letter under the influence of a fever. I am sick and my room is somewhat cold. As I write to you, I paused to wrap myself with your sweater, which by the way is quite baggy.
Sending you warm fraternal hugs,
José Luis Cuevas
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París, 20 octubre, 1978
Querido y admirado Abel:
Al abrir las maletas descubrí que un swéter que Bertha puso como mío, fue el que me prestaste en Cuernavaca para que me protegiera del frío que inopinadamente empezó a hacer por la noche. Te ruego me perdones por este hurto involuntario y me permitas usar la prenda durante el invierno que ya se aproxima y amenaza ser intenso, en este París de mis amores… Pero el objeto de esta carta es darte la bienvenida al mundo luminoso de los pintores. Créeme: los cuadros que con sumo cuidado vi en tu estudio de Cuernavaca me parecen espléndidos. Te repito lo que te dije: debes de ir pensando en exponerlos. Ya has reunido material suficiente (y de primer orden) como para pensar en eso.
Desde hace años somos amigos y tú sabes cómo te admiro como dibujante. En alguna ocasión, viajando a Colima en un avión destartalado, te comentaba que siendo yo niño seguía con sumo cuidado tu historieta “Máximo Tops” e incluso hacía copias de tus dibujos. Ya siendo adolescente pensé dedicarme a la caricatura y mis influencias más visibles fueron Orozco, Cabral y tú. Quiero dejar constancia de esto para que lo anoten los historiadores del arte… Pero volviendo a tus pinturas debo agregar que cuando te decidas a exponerlas te situarás (por golpe y porrazo) en un primerísimo plano del arte mexicano. Tu obra me ha recordado ciertos momentos de la pintura norteamericana, anteriores al expresionismo abstracto. Pienso en este momento en Ben Shahn e incluso en George Bellows a quien tanto le interesaban los encuentros boxísticos del gran Jack Dempsey. Alguien dijo que tu pintura es primitiva (naïve). No estoy de acuerdo con este juicio, pues tu obra está llena de noticias y sabiduría plástica como para encasillarla en esa tendencia.
Te escribo esta carta bajo el efecto de la fiebre. Estoy agripado y mi cuarto está algo frío. Mientras te escribía hice una pausa para abrigarme con tu swéter, que por cierto me queda bastante holgado. Te envío grandes abrazos fraternales:
José Luis Cuevas
Gouache on paper
49.5 x 43 x 2.5 cm
Gouache sobre papel
19.49 x 16.93 x .98 in
Gouache on paper
19.49 x 16.93 x .98 in
Gouache sobre papel
49.5 x 43 x 2.5 cm
Gouache on paper
19.49 x 16.93 x .98 in
Gouache sobre papel
49.5 x 43 x 2.5 cm
Color pencil on paper
17.72 x 14.96 x.98 in
Lápiz de color sobre papel
45 x 38 x 2.5 cm
Acrylic on cardboard
42.3 x 53.2 x 5 cm
Acrílico sobre cartón
16.65 x 20.94 x 1.97 in
Oil on canvas
29.84 x 35.91 x 2.36 in
Óleo sobre lienzo
75.8 x 91.2 x 6 cm
Oil on paper
26.26 x 34.06 x 1.57 in
Óleo sobre papel
66.7 x 86.5 x 4 cm
Oil on canvas
23.9 x 31.89 x 2.36 in
Óleo sobre lienzo
60.7 x 81 x 6 cm
Oil on canvas
30.71 x 30.71 x .79 in
Óleo sobre lienzo
78 x 78 x 2 cm
Oil on canvas
36.89 x 40.79 x 2.36 in
Óleo sobre lienzo
93.7 x 103.6 x 6 cm
Oil on canvas
20.67 x 24.61 x 1.18 in
Óleo sobre lienzo
52.5 x 62.5 x 3 cm
Oil on canvas
29.13 x 37.2 x 1.5 in
Óleo sobre lienzo
74 x 94.5 x 3.8 cm
Oil on canvas
15.75 x 17.72 x 1.57 in
Óleo sobre lienzo
40 x 45 x 4 cm
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